titeres de ayer y hoy
Y entonces
el cuerpo desgarrado
en las formas que caen
sobre el papel que quema,
la idea que fue.
Pérdida de algo
en la mirada de otro,
rostro que busca un rastro
en el nace otro rostro,
cuerpo desprendido del poeta,
atado al papel,
nervios y músculos
de tinta,
que no tienen un ser donde nacen
ni otro donde muere.
No busqués la mano sobre mi hombro,
la mascara que oculto sobre el pecho,
la cara deshecha y con años,
mirando al oeste,
o otra fija en el cielo.
Envidia de Jano,
monstruo sin cabezas,
salido de una cabeza
que se deshace sobre el papel.
Papel,
tinta,
formas
inocuas,
deseos
de ser
por parte de otro,
la banda y sus instrumentos,
el arte de todos
se haga presente.
Salten y bailen, sean la danza,
hagan una melodía que lleve hasta el más allá,
el flujo de las palabras que intentan una poesía,
un dibujo, colgado en Internet,
el divague del arte.
Deshecha el arte porque sí,
muere en la sombra de los trazos,
un dibujo que devora las formas,
que exprese las ideas,
y funda todo lo que fue inspiración,
o encargo,
o tan sólo el tiempo,
para pararse frente a la hoja en blanco.
Blanco, así fue el primer intento de mundo,
hubo un proyecto para hacer al hombre,
y trajo la guerra,
los gases venenosos,
las máscaras de gas,
cables tumbados en una ciudad
donde todo late,
son músculos y calambres,
manos sin tensión.
Y entonces,
el cuerpo desgarrado
sobre el papel que quema,
que es ceniza, y humo,
y el cuerpo que se desgarra,
y las caras que gritan,
y la música que sube,
lentamente,
una batería tronando,
la guitarra, hiriente,
desde el fondo…
El dibujo terminado.
Pablo Arraigada ((escritura sobre la marcha))
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